viernes, 23 de octubre de 2009

I

Durante años anduve entre cacharros, tachos y paredes, esquivando objetos que -lo juro- no había fabricado con mis manos; pero siempre reservé ciertos proyectos, cuidadosamente guardados en el desván de lo archivado.
Entre mis planes más queridos hay uno que consiste en observar las estrellas, en el murmullo de las grandes soledades.
Voy a involucrarme con la tierra excitando su poder germinativo, aunque más no sea con las manos, o con instrumentos primitivos.

Selva

Soñé con organizar la reconstrucción completa de una selva, con cada uno de sus árboles, lianas, enredaderas, bejucos retorcidos y nudosos e insospechadas flores del aire derramándose desde las ramas.
Pintura de Amarilis Mapi Martín Rodríguez
Estoy decidida a usar ropa gastada y a sufrir un poco de hambre, pero no me alimentaré más que con frutos de ñangapirí, zarzamora, mburucuyá anaranjado, vaina de cardo, aloja de chañar, mandioca, harina de algarroba y juguito dulce de flores de verbena.
No voy a aceptar nada inauténtico en mi vida.

Hasta pretendo encontrar una reverencia que me resulte verdadera;

La Madre Tierra
El Señor Sol
El Señor Tiempo
El Señor del volcán
Venus
El Mar

Cualquiera capaz de mostrarme su rostro tangible, evidente, reconocible, incuestionable.