jueves, 22 de octubre de 2009

II

Ya estoy en el monte

Y sigo, entre la maleza

Por afuera clarea el día con oros y rosados

Por adentro, se despiertan fuerzas imperiosas

infinitamente más intensas que las débiles y pálidas ideas

Los cardenales cantan

y los picaflores, los churrinches, los chouí, los teros y los venteveos




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